Un largo viaje empieza dando el primer paso
Desde su constitución en 1931 los Colegios de Arquitectos han pasado de ser seis colegios inicialmente en todo el territorio a la actualidad con veintiséis colegios a los que sumar sesenta demarcaciones, es decir, arrastramos una estructura basada en unos planteamientos de hace más de ochenta años que se han autoalimentado e hipertrofiado hasta la situación actual sin haber querido adaptarse a las nuevas realidades.
El esquema basado en Colegios locales y un ente superior del cual la gran mayoría no conoce su funcionamiento ni mucho menos su utilidad ha quedado demostrado especialmente en los últimos años que no da más de sí.
A pocos les interesa el funcionamiento interno de la institución y sin embargo les preocupa su escasa utilidad a niveles prácticos, su falta de operatividad para defender, facilitar y representarnos.
Olvidemos por un momento lo que tenemos, las estructuras que arrastramos, su inercia y sus limitaciones legales y estatutarias y escuchemos por una vez a aquellos a los que llamamos compañeros.
¿Qué necesitamos? Podríamos hacer una larga lista pero empecemos con dos puntos de partida.
1. Unidad de mercado, en nuestro caso entendido como unidad de criterios y protocolos para ejercer allí donde salga una oportunidad de trabajo sin trabas de burocracia interna ni de procedimientos.
2. Masa crítica, una sola voz que represente a la totalidad de la profesión.
Ambas premisas quedarían resueltas con un ÚNICO COLEGIO NACIONAL
Parece evidente que una iniciativa así difícilmente será liderada por una pequeña demarcación y por tanto se impone un acuerdo entre los grandes Colegios de España para sentar las bases y en buena lógica debería ser el COAM por su número de colegiados y por su proximidad a los centros de poder quien tome la iniciativa.
- Un único Colegio Nacional que represente a los más de 50.000 Arquitectos de España.
- Con el respaldo de la totalidad de la profesión.
- Con fuerza para dialogar de tú a tú con el gobierno de turno en toda normativa o ley que nos afecte.
- Con poder para frenar los continuos abusos y desmanes que sufrimos desde todas las administraciones.
- Con entidad para ejercer de regulador de la práctica de la profesión.
- Con poder para intervenir en los criterios de la educación, desde las universidades hasta la formación continuada.
- Con reconocimiento como portavoz de la profesión ante la sociedad.
Porque todo lo anterior con la actual estructura es inviable, no hay una voz única y el Consejo Superior está permanentemente cuestionado por su inoperatividad.
Porque la fragmentación de nuestros estamentos nos ha llevado a la debilidad mientras soportamos con nuestras cuotas el mantenimiento de estructuras elefantiásicas que solo sirven para que algunos de los que se acomodan en ellas las utilicen como lanzadera de futuros intereses particulares.
Porque alguien tiene que dar el primer paso y nadie mejor que nosotros.
Por todo ello consideramos necesario plantear que el COAM lidere el camino al Colegio único nacional.