por Blas Hermoso

El modelo de Colegios que sufrimos en España está caduco, el que no esté de acuerdo con esta afirmación que no siga leyendo.

No discutiré las bondades de su fundación ni su trayectoria a lo largo de los años, pero gracias a esta interminable crisis del sector nos estamos dando cuenta de que nuestros colegios y en concreto el COAM que nos atañe no nos aportan soluciones, alternativas ni soporte.

Muchas veces se comenta con compañeros y acaba saliendo la frase de marras “lo que nos hace falta es un modelo como el RIBA”

Pues bien, lo que debía de ser algo complicado hace años ahora lo tenemos a un golpe de click.

www . architecture . com / RIBA e inmediatamente nos aparece una página sin estridencias pero a todo color, agradable a la vista, con un primer nivel en que unas fotografías sin apenas texto nos llevan a las diferentes secciones. Algo gráfico, fácil y enfocado a los clientes.

Ahora entramos en la web del Consejo y vemos una mala fotografía y mucho texto, alusiones a la LSP, un anuncio de Aenor y seguimos con una navegación difusa y muchos banners de se supone empresas y entidades colaboradoras.

Vamos a la web del COAM y volvemos a lo mismo pero con apenas texto, demasiado en una primera página y parece que todo dirigido al colegiado, convocatorias, cursos, agenda, el blog del decano…

Yo potencial cliente, entro en la web para saber algo, para saber qué es un arquitecto, qué me ofrece un arquitecto y finalmente buscar alguno en mi zona y me pierdo entre enlaces que no me dicen nada, ahora bien, me acabo enterando de que los arquitectos tienen distintas cuotas según no se qué servicios o un montón de datos que ni me van ni me vienen.

Volvemos a la página del RIBA y me encuentro sobre unas fotos sencillas los enlaces a y por este orden: trabajo internacional, cómo llegar a ser arquitecto, las oficinas del RIBA en UK, cómo ser miembro del RIBA y cómo encontrar un arquitecto.

Todo esto sin necesidad de haber movido el cursor todavía, más abajo resulta que en el RIBA, que parece que en algunos edificios tienen bonitos jardines, también se pueden organizar eventos, que hay libros y publicaciones y una bolsa de trabajo y muy al final y solo como cabeceras todo el bla, bla, bla.

Pensemos en los estudiantes o aquellos que lo van a ser. En nuestra web no hay nada, absolutamente nada más que una referencia que se podría entender dirigida a estudiantes en el epígrafe de cuotas para precolegiados.

En el RIBA leemos textualmente: aquí usted encontrará todo lo que necesita saber sobre cómo llegar a ser arquitecto. Tenemos información comprensible sobre estudios, cómo obtener experiencia en prácticas y cómo “tratar con las finanzas”, también sobre las becas para la educación y qué hacemos por los estudiantes de arquitectura.

Vale, para las próximas elecciones TODOS los grupos insistirán en que les importan mucho los estudiantes, pero ponte a buscar una frase así de clara en nuestras webs.

Pues no solo eso, en el RIBA ayudan a encontrar financiación para los estudios, mueven donaciones particulares y de empresas y organizan sus becas a través del Fondo RIBA para la Educación.

El RIBA “decide” qué escuelas ofrecen un programa que será homologable y las publica, tanto en UK como en algunos países del mundo. Desgraciadamente en sus listados no aparece ni una sola escuela española. Como decía, decide tras una inspección de sus programas qué parte de la formación homologa. Curiosamente las primeras en ser reconocidas fuera de UK son una serie de universidades en Chile (1.991-1.996) y la última la escuela de Aarhus en Dinamarca (2.014) y tras ese reconocimiento inicial mantiene un control de inspecciones cada cinco años para mantenerlas en la lista.

Es decir, que el RIBA ayuda, homologa planes, regula las prácticas y finalmente realiza el examen que permitirá tener la “licencia de arquitecto” con lo cual actúa como filtro de la profesión por encima de gobierno o universidades y garantiza la calidad de sus afiliados.

Dejemos a un lado a los estudiantes, que parece que allí son mejor tratados que aquí.

Veamos el epígrafe de trabajo internacional. El RIBA mantiene relaciones con estamentos similares de otros países, pero no para organizar un encuentro e irse de cena, sino para validar a sus miembros. Aborda todas las cuestiones derivadas de la pertenencia del Reino Unido a la Unión Europea en nombre de los arquitectos. Ayuda a sus miembros a encontrar trabajo en otros países. Promociona al RIBA y a sus miembros internacionalmente y coordina un amplio rango de actividades internacionales.

La guía para internacionalización del RIBA es una joya en cuanto a estructura y enlaces, en cuanto a contactos con socios locales, muchos de ellos arquitectos registrados RIBA y en cuanto a delegaciones internacionales del RIBA… y todo ello servicios gratuitos para sus miembros.

Al RIBA no le duele escribir la palabra negocio, ni ayuda al negocio ni hacer encuestas sobre negocio. El negocio es la razón de ser, la profesión se debe entender como un negocio que debe ser rentable para mantener a sus arquitectos y empleados.

El RIBA no parece tener un Instituto de arquitectura que imparta cursos y cursos, cierto es que sí organiza o coordina cursos y seminarios, pero tiene una figura muy curiosa (CPD) que es la obligación de actualizarse y mantener el currículum activo todos los años dedicando una serie de horas (35 al año, que tampoco es para tanto) en actividades que van desde asistir a cursos hasta escribir en blogs.

Dentro del apartado de soporte profesional se encuentran multitud de actividades más o menos asumidas aquí, pero me llama la atención el apartado de “RIBA y los clientes”.

El RIBA se vende, o mejor dicho vende la capacidad de sus miembros a los promotores, a los clientes de vivienda, a las autoridades locales, a los negocios, colegios y edificios para el trabajo.

En este apartado veo por fin la cara del presidente del RIBA en un breve escrito no dirigido a sus miembros, sino a los clientes en los que cuenta lo buenos profesionales que son sus miembros, lo canutas que las han pasado con las recesiones y lo bien preparados que están para dar respuesta a los clientes… después de haber escuchado sus necesidades. Escueto, directo y pelota contenido para el que nos (les) da de comer.

El plan estratégico 2.012-2.016 del RIBA marca objetivos de servicios de negocio, conocimientos, liderazgo, standards profesionales, educación, soporte, apoyo internacional y servicios a los miembros… pero el punto 1 se refiere a los clientes.

Dejo para el final el apartado de ser miembro del RIBA.

Los miembros del RIBA son una red global de profesionales que comparten un interés común en la arquitectura y el entorno construido, así, para empezar y pocas líneas más abajo se puede leer: trabajamos para influir al gobierno de UK en todas las políticas y legislación que tengan impacto en la profesión.

Resumiendo, que me he pasado una mañana estupenda buceando en la web del RIBA y termino con una mezcla de admiración y envidia.

No sé aparte de que el presidente se llama Stephen Hodder cómo funciona internamente, si hay un grupo de gobierno o varios, ni cómo funcionan sus comisiones internas, no he tenido que identificarme para poder acceder a su plan estratégico o a las posibilidades del fondo de pensiones ni a los planes de estudios de universidades a lo largo de todo el mundo que están homologadas, más aún, he podido leer los informes que sobre las universidades han realizado y cómo en algunas valoran o aconsejan hacer cambios en ciertas áreas o asignaturas.

Todo esto como arquitecto español cotilla, pero en realidad lo que me he encontrado es una web dirigida al cliente en el que se le vende la capacitación de todos sus miembros, lo magníficos profesionales que son y el reconocimiento y apoyo internacional de que gozan.

Los arquitectos RIBA son los mejores (eso dicen ellos), lo garantiza el RIBA que parece tener un cierto respeto por parte de la población y a nivel global el mensaje es el mismo.

Después de haber hablado con algunos compañeros de los que están buscándose la vida por el mundo y haber escuchado a unos cuantos en la misma situación y que además tienen un cierto nombre y relevancia, da la sensación de que en un futuro habrá dos tipos de arquitecto, el miembro del RIBA y los demás, eso en UK, en China, en El Golfo o en Colombia, da igual, es un modelo que se impone o que pretenden imponer, un standard de calidad profesional.

Al cliente no se le habla en ningún momento de la función social del arquitecto, se da por hecho que la función social es ofrecer calidad en sus servicios y dirigiéndose a una sociedad mínimamente culta se garantiza que todos y cada uno de sus miembros están capacitados para dar ese servicio de calidad, ahí es nada.

Ellos lo han conseguido, nosotros podemos seguir poniendo parches para perpetuar un modelo caduco o de una vez afrontar la realidad y reinventarnos y como no están los tiempos para hacer experimentos, casi mejor copiamos al modelo que mejor se vende y que mejor protege a sus miembros.

Ahora bien, la sopita castellana, la carrillada con patatitas y las natillas que me acabo de meter al coleto no las cambio por el insípido roast beef y el repugnante pastel de ruibarbo.